Ixu ueratiksï sani p’imarhixaka, juje sani k’uinchini juchatsini jingoni, juchaje sani janhagiarhini imechani engatsi tsipikua intsk’uk’a. Asï jame teparhiukuarhini ixuksi erontani jauka sani.

Por medio de este conducto les hacemos una convocatoria, únase a nosotros en esta importante ceremonia, demostremos respeto a las Grandes Fuentes dadoras de vida y felicidad. Aleje cualquier incertidumbre aquí lo estaremos esperando.



Fecha: Sábado 4 y Domingo 5 de Febrero de 2017.
(Por motivos laborales propios de emigrantes, no se realizará el día primero de Febrero tal y como se celebra en Michoacán, México)

Dirección: 11110 Conine Ave SE, Olimpia, WA (USA)

*Juchaje jukantani sani juchari Xukuakua ini jurhiata jimbo/Les hacemos la cordial invitación de vestir nuestra ropa tradicional.
*En este evento NO PERMITIREMOS enervantes (drogas) o bebidas embriagantes (alcohol).
*Teniendo en mente un compromiso de una buena relación con nuestra Madre Naturaleza, en todos nuestros eventos evitamos usar utensilios desechables, con ello como base, les invitamos traer sus propios platos, vasos, cucharas, la idea es evitar generar basura lo menos posible.

Antacedentes:
Desde el año de 1983, un grupo de P'urhépecha que escudriñaron en nuestras raíces culturales el origen del ser de nuestro pueblo milenario optaron por no celebrar más el año nuevo occidental (turhisï) y propusieron celebrar KURHÍKUAERI K'UÍNCHEKUA, (ceremonia de renovación del Fuego Nuevo e inicio del Año Nuevo P'urhépecha), a esa fecha se han sumado miles de P’urhépecha a este acontecimiento y así empezar a reconstruir nuestra Iréta (pueblo) que fue casi destruido por la invasión española.

¿QUÉ ES KURHIKUAERI K’UINCHEKUA?
Es la ceremonia para renovar el Ch’upiri Jimbaŋi (Fuego Nuevo), con lo cual, nosotros los P’urhépecha iniciamos el Juchári Uéxurhini (Año Nuevo P’urhepecha). Se realiza con actitud de gran respeto, veneración de todos los presentes; es el momento evocativo en que todos los P’urhépecha traemos a la memoria a nuestros abuelos y padres y a todos los ancestros, las raíces de Juchári Ánchekuarhikua (Nuestro Trabajo), Juchári Kaxúmbekua (Nuestro honor comunitario) Juchári Jakájkukua (Nuestra cosmovisión) y Juchári P'urhéjkukua (Nuestro espíritu guerrero).

Esta K’uínchentskua (festividad) rememora que nosotros los p’urhepecha provenimos del Kurhíkuaeri (Fuego), es decir somos los hijos del Sol, por ello cada año, renovamos el fuego y el tiempo y agradecemos a Nana Kuerájperi (Madre Tierra) por los favores obtenidos durante el año anterior. Así, como Consejo y tras una serie de investigaciones propias, decidimos nombrarlo Kurhíkuaeri K’uínchekua, que anteriormente veníamos llamando Ch’upiri Jimbaŋi…



En Relación a Kurhíkuaeri K'uínchekua

En tiempos modernos, poco a poco nuestro Pueblo P'urhépecha va despertando a una verdad que se nos ha ocultado por cientos de años.

Esta, nuestra kurhíkuaeri k'uínchekua mas que nada es un modo de recordar y honrar con respeto al poder de tata Jurhiata (Padre Sol) que se encuentra habitando el cuerpo humano y que antiguamente había empoderado a sabios y sabias P'urhepechas que vivían sus vidas en dedicación a un camino de respeto y aprendizaje milenario.

Honramos también a la tanta gente que murió por nuestro pueblo. Recordando a los que enfrentaron los golpes, las heridas, las lágrimas derramadas, recordando a nuestros guerreros y guerreras que dieron sus vidas defendiendo nuestro pueblo y nuestras tierras de origen. Los que hicieron todo por poder sacarnos adelante, solo por ellos estamos aquí nosotros los de hoy. Recordando lo que hicieron por nosotros y echándole ganas a seguir trabajando, valorando nuestra tradición Nativa, valorando las acciones y forma de vivir sana de nuestros antepasados, demostrando que lo que hicieron por nosotros no fue en vano.
Recordamos sus enseñanzas, para también poder re-aprender mucho de lo que nuestros antepasados protegieron con su corazón y nos lo quisieron heredar.

Este fuego que encendemos ha estado con nosotros desde el comienzo de nuestra creación. El fuego de nuestras ceremonias, lo encendemos recordando a esa luz que pudo vencer a la oscuridad, como cada día, como cada año reconocemos que renueva su ciclo sagrado para que nosotros podamos seguir vivos.

El fuego lo encendemos para reencontrarnos con nuestros antepasados, para que nos sigan guiando y cuidando en nuestro caminar en este mundo que llega a ser muy peligroso.

En esta celebración/ceremonia del encendido, en cierta forma el fuego también simboliza esa chispa de vida que va creciendo al despertar nuestra gente el día de hoy, despertando hacia una verdad que nos seguirá dando aliento para seguir los pasos de nuestros tata k'ericha, para no estar perdidos.

Vamos recobrando mucho de lo que se nos destruyó en tiempos pasados por medio de discriminación, ignorancia, ciertas culturas, religiones, y pensamientos ajenos que no supieron respetar el valor de nuestra cultura indígena. Ahora muchos podemos decir con valor y orgullo Soy indígena, soy P’urhépecha eso es lo mío y nadie me lo puede quitar.

-Es mentira que somos ignorantes, es mentira que somos pobres, es mentira que somos sucios, es mentira que somos débiles. Pues nuestros antepasados dejaron muy claro la importancia de nuestra cultura por medio de nuestros templos sagrados, nuestras iákataecha que siguen de pie al igual que nuestra lengua y nuestras tradiciones. Valemos lo mismo que cualquier otra cultura del mundo, y merecemos seguir existiendo con todo y nuestra sabiduría y espiritual original. Por más que intenten, y por más que algunos de nosotros caigamos engañados por la sociedad que nos oprime, nuestra cultura nunca morirá pues somos descendientes de los mismos p’urhépechas que pelearon por nuestro pueblo para que no nos aniquilaran por completo.

Nuestros abuelos nos heredaron más que una lengua y una forma de vestir, también nos heredaron una cosmovisión y espiritualidad que es milenaria y propia de nuestras tierras. Mucho de ello ahora suele no existir o estar distorsionado. Y tal vez sea difícil recobrar ciertas ceremonias y festividades antiguas, tal vez nos equivoquemos en el intento. Pero nuestros ancestros conocen bien nuestras intenciones, y confiando en ellos los k'ericha que nos dieron todo, por medio de ellos podremos recobrar todo lo que se nos arrebató anteriormente.

Jimbosiksi jaka ia jucha
ka isï jimbosiksi uinháchapani
arhiesinga ¡Juchaeri uinhapekua!

Escrito por: J. Carlos Mota