Dentro del marco de las festividades de cuaresma, los 9 barrios de la ciudad de Urupani (Uruapan), realizan como cada año desde 1997, la tradición de ir a cortar palma, cuya labor es exclusiva de los hombres, que se ocupara para el domingo de ramos, siguiendo la tradición cristiana de las festividades de la semana santa, todo comienza dos días antes de la fecha programada para ir a cortar las palmas, cuando en el barrio sede en esta ocasión el barrio de Santo Santiago, se organizan para la elaboración de las “chicotas” o “cuartas” en la huatapera, ya que serán utilizadas durante estas festividades, posteriormente al día siguiente se realiza una uanópikua (recorrido), por las calles del barrio, al llegar al templo del santo del barrio, se entregaron los “itacates” del Náhuatl itacatl = mochila, estos son entregados por las Ireris, así como mujeres de los barrios a los palmeros.


A la mañana siguiente desde muy temprano los palmeros se dan cita en las afueras del templo del barrio sede, aun con el cielo oscuro, y las estrellas en su esplendor, se reúnen los palmeros de todos los barrios, armados únicamente con un mache y sus itacates en morrales, junto con un huaje de agua para mitigar la sed que posteriormente atacara las gargantas. Alrededor de las 7 de la mañana se arriba a un cerro cercano de la comunidad de Charapanedo, a unos kilómetros de Uruapan, donde en grupos se dispersan por los montes en búsqueda de las palmas.

Una vez concluida la travesía de cortar las palmas, se disponen al arribo de la ciudad de Uruapan en una caravana con los carros adornados con las palmas tejidas, en un ambiente de alegría y compañerismo, hasta llegar al territorio del barrio de santo Santiago, donde se da inicio a la procesión del recibimiento de palmeros por parte de las mujeres, y las Ireris quienes los reciben con un intercambio de palmas, por agua, fruta fresca, bebidas refrescantes, listones, entre muchos otros presentes, algunas mujeres, hacen entrega de los cantaros a algún palmero de su elección, y como dicta la tradición, este deberá de entregar el cántaro adornado, para el día de domingo de resurrección cuando salen las aguadoras a hacer su ritual.

Después de la recepción e intercambio de palmas, el barrio sede ofrece una comida a los palmeros y a las personas asistentes, para concluir el día con una misa, y el cambio de cargo para el siguiente año.