En dos ocasiones platicábamos con Tatá Irineo Rojas originario de Cheran Michoacán, donde le preguntaba quién de su casa y de la familia le había avizorado que él iba ser un gran hombre e intelectual purépecha desde niño, me respondió que una ocasión estando en la parhángua donde su mamá hacia tortillas, di una explicación sobre qué era el fuego como elemento físico y filosófico, y porque en nosotros siempre aparece el fuego en nuestras vidas, fue un tío de él, quien al escucharle le dijo a su madre “Este niño va a llegar muy lejos va ser grande vamos a llevarlo a la escuela”. Así lo inscribieron en su natal Cheran, después en el internado de Paracho, después en la Ciudad de Morelia, para posteriormente pasar a la Escuela Politécnica Nacional en la Ciudad de México, así se gano una beca para el doctorado en la cuna de la filosofía moderna, Alemania.

En el segundo momento lo visité en su oficina del centro de investigaciones de la cultura Purépecha de nuestras Universidad Michoacana, donde le manifestaba el interés de estudiar la carrera de filosofía, mismo que le dio gusto y me dijo que es una bonita carrera pero se requiere de un disciplina y entrega porque la carrera es de mucho rigor, te recomiendo que leas al filosofo Alemán Arthur Schopenhauer, este filosofo es la columna vertebral para conocer y aproximarse un poco a nuestro mundo Purépecha, y hablaba con tal interés de este filosofo que era evidente su preferencia y respeto.

SE APAGA UN DESTELLO DE LUZ

Tatá Irineo de ese sol que nos hablabas, hoy
dejó de brillar, los rayos del sol son los que mueven
y dejan “preñada” a la madre naturaleza nos platicabas,
naciendo así sus hijos como estrellas que los diseminaba en
el firmamento, cada uno con su tamaño y sus propios brillos, el sistema
solar busco su nueva alineación y esta vez su intensidad de
luz le quemo las retinas a los ojos de su corazón, descansé en paz, mientras
nosotros aquí seguiremos un rato más en nuestras comunidades,
dejando y dando mucho de qué decir”.

Tatá Irineo escogió como diría Vasconcelos, ser un filosofo Purépecha porque se atenía a las luces de la razón, por eso en su tiempo fue un referente y representante de la cultura P'urhépecha, era garantía porque los intelectuales mexicanos lo conocían y lo respetaban, un Carlos Montemayor lo citaba, conversaban con un Luis Villoro, entre otros conversaban y discutían con mucha altura, y hablaba y daba su postura ante un problema que se sucintara en nuestras comunidades.

La noticia de su fallecimiento nos cimbró a todos, no lo podemos creer en el mes de noviembre estuvimos en Comachuén donde nos hizo el honor de estar presente junto con su esposa en la entrega de reconocimientos a los homenajeados de Músicos ¿Quién se imaginaria que este sería su última aparición pública en una comunidad?, nos saludamos con un fuerte abrazo como siempre lo hacíamos cada vez que nos encontrábamos.

En la mañana del domingo llegamos en Parikutin, lugar donde el físico matemático tenía su domicilio, junto a una comisión de los cargueros del año nuevo purépecha, que llegaron con los símbolos desde la comunidad de Tarejero, hicimos fila para pasar aquella troje que no cabía de flores, los bonitos abajeños de la Banda de Tingambato aquello hacia que la nostalgia se profundizara más, las mujeres de Santa Fe de la Laguna estaban presentes pude leerle en los labios que le daban el adiós en Purépecha a Tatá Irineo.

Abracé a Irepan su hijo donde agradecía a los presentes de manera solemne, -gracias hermano por acompañarnos, me dijo, mientras tomaba su trombón y dice, “pues ni modo, vamos padre para que ya descanse”, el féretro venia saliendo y se escucho una diana y los presentes en vez de llorar dimos un prolongado aplauso, fue el momento más emotivo.

Que descansé en Paz Tatá Irineo











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Raúl Cruz Sebastián.