Juchári Jimpani Uéxurhini o (Año Nuevo Purépecha) se llamó la fiesta cuando comenzó en el año de 1983. A sus 31 años el Consejo de ex-cargueros ha reflexionado sobre el más nombre más adecuado, se trata de Kurhíkuaeri k’uínchekua (la gran fiesta a Kurikaveri).

Ha recorrido las cuatro regiones: Juátarhu sierra, Eráxamani Cañada de los Once Pueblos, Japúndarhu ribera del Lago y Tsakápundurhu la Ciénega de Zacapu.

¿Y quién es Kurhíkaueri? Es la deidad Tukúpacha más importante entre los antiguos purépecha. Nuestros antepasados se consideraban hijos del fuego. Fuego cósmico que está en auánda cielo, o sea Tatá Jurhíata, que nos da luz, calor y energía a humanos y no humanos. Cuando los rayos del Sol Kurhíkuaeri se impregnan y penetran en Parhákeni, que es el universo se crean las condiciones para la creación de la especie humana, es Naná Kuerájperi pero al mismo tiempo se producen los alimentos: maíz, frijol, hongos, nopales, arboles, quelites, calabazas, en los mares y lagos hay abundancia de peces.

Kurhíkaueri baja a la tierra se presenta como el Fuego, simbólicamente con la obsidiana. El Sol nunca se apaga, el fuego nunca debe apagarse. Tukupacha Kurhíkaueri nace en el oriente, sube al cenit y se oculta (muere) en el poniente. Se preguntaban los antiguos. ¿Por qué? Cuando se oculta, hay obscuridad y hace más frio, los antiguos purépecha decían que era el mundo de los muertos, k'umiéhchukuarhu allá donde viven los kúmu, los topos, las serpientes, animales que viven en la obscuridad, donde están los muertos. Pero Kurhíkuaeri vuelve a salir en el oriente y vuelve a morir en el occidente, entonces decimos que pasó un día, ma jurhiátekua. Así, hay un Sol joven cuando nace y un Sol viejo cuando muere. Esto hace pensar que el mundo terrenal es plano, arriba hay cóncavo y abajo obscuridad, lo que nos da tres niveles: auándaro, echérendo y k'umiéhchukuarhu. Así pensaban los pueblos mesoamericanos. Así contaban los días. Jurhíata miíuni, Un aparecer y desaparecer del Sol hace ma jurhíata, un día. Pasa uno y otro al juntarse veinte días y así había un mes. Y se juntaban los 18 meses y así daban 360 días y dejaban 5 días últimos que no contaban porque era cuando esperaban del encendido el Fuego Nuevo. En realidad se trataba de renovar el Fuego Nuevo. Al termino de 52 años se completaba un siglo Purépecha.
Nuestros antepasados tenían dos mandamientos: Traer leña para quemar en los cúes¸ para mantener el fuego encendido día y noche en las casas y en los cúes, templos. El otro mandamiento era: dar de comer a los dioses, ellos comían sangre de los cautivos, por eso estaban en constante guerra y conquistando pueblos, por eso decimos que fueron purhek’uti (P'urhéjkuti).

A 31 años de estarse celebrando Kurhíkuaeri k’uínchikua más comunidades purépecha se integran en este proyecto cultural que, como los remolinos, cada vez convoca a más purépecha y no purépecha, quienes acuden el primero de febrero a sentir las vibraciones, las emociones cuando los señores misiri logran encender el fuego.

Cuando participamos en la fiesta nos encontramos con amigos, conocemos a más gente, consumimos lo que la comunidad anfitriona ofrece, observamos danzas, escuchamos música y pirekua, vemos jugar uarhukua, vemos o participamos en el desfile, etc., pero eso no es todo, esa es la parte externa. Hay que entender la parte más sublime, el profundo sentir de muchos purépecha que ya estamos en este camino.

Conforme pasan los años las comunidades que han sido sede de la fiesta del Fuego Nuevo poco a poco han incorporado elementos simbólicos y han incorporado ritos o ceremonias. Pero los símbolos más importantes son: la piedra piramidal en donde cada comunidad sede registra un logo o símbolo con la que se identifica, es un calendario renovado. Y la ceremonia del Encendido de Fuego Nuevo también es la más importante. Las otras ceremonias ayudan a comprender la fiesta: la caminata de la anterior comunidad anfitriona hacia la sede busca reconocer el purepecherio o territorio purépecha; el recibimiento y resguardo del fuego, la ceremonia de la Hurhinhequa es la purificación corporal y emocional y puerta de entrada al diálogo con el fuego sagrado. La ceremonia de velación hasta las 4:30 de la mañana es el resguardo con reflexión y conexión con el cosmos; termina al hasta que se van espíritus malosos. Continúa la fiesta al amanecer con la aparición del kuanhári lucero de la mañana. Para agradecer a los primeros rayos de Kurhíkuaeri y Kuerajpiri por darnos durante frutos. Es el momento de morir para nacer y nacer para morir. Es el momento de la preparación para la renovación en cuerpo y en pensamiento.

Un pensamiento de los Purépecha es la Marhóatspekua dar SERVICIO a las fuerzas, a los poderes, a las energías divinas que nos crearon. Es entregar nuestros productos, es dar el parandi, ofrenda por el tiempo que estamos viviendo. Necesitamos dar el servicio en cuerpo y en pensamiento, porque somos afortunados por estar aquí: Andaparheskachi.

Por eso los taátita ka nanita, los más viejos y los más primeros son los que más saben y entienden que debemos guardar y seguir esta sïrukua y p’indekua tradición: cumplir con lo que nos toca hacer en la vida. Servir a las divinidades, servir a la comunidad mediante cargos, servir a la gente. Es una gran responsabilidad que debemos retomar en el trabajo. Cumplir lo que tengamos que hacer. La obediencia, entendida en sentido amplio y buenos términos, es importante. No se trata de obedecer a ciegas, sino obedecer con causa y entendimiento. Así los gobernantes también deben obedecer al mandato de la gente y de las divinidades. Los 52 años del siglo indígena mesoamericano la dividimos en cuatro y hacemos atados de 13 años. Los primeros 13 años estuvieron dedicados a la madre tierra, los otros 13 años se dedicaron al agua y los siguientes 13 años las estamos dedicando al viento, por eso no es gratuito que la ceremonia de velación y fiesta al amanecer se haga en el cerro Guaxan. Los otros 13 años últimos serán dedicados al fuego cuando se cumplan el siglo indígena y la piedra calendario se llene de figuras de las comunidades sedes.

Por eso hoy, los que estamos participando en esta gran fiesta vamos a renovar nuestro compromiso AYAKUARHENI para comunicarnos con los seres que nos crearon, ofrezcamos cumplir con el servicio, demos parandi, por los medios que podamos. Obedezcamos a los padres, a los niños, a la comunidad, a la gente adulta. Pero que también los padres de familia, los niños, la comunidad y sobre todo los gobernantes obedezcan la opinión de la gente. Se trata de sesi irekani, sesi páp’erani, en pocas palabras p’amsperani entre hermanos de sangre, hermanos en creencias, hermanos paisanos, hermanos de raza, etc., con cariño, respeto, humildad y sencillez. Seamos Kaxumbeti.

Todas las criaturas humanas k’uiripuecha somos de la misma naturaleza, márku kuerakateskachi nadie es más grande y nadie más chico, nadie sabe más y nadie sabe menos, nadie es mejor y nadie es peor. La naturaleza, el parhakuap’eni, es parte de la creación del universo. Somos un ente más en la tierra, somos hijos del Kuríkaueri Sol, somos el universo mismo. Nuestro cuerpo físico es un mundo de cosas animadas.

Tierra es el cuerpo, [porque me alimento de los frutos que la madre tierra da] ¿Ne no jakakusini eska echeri tireraxakatsini pauani ka pauani? Juchiti anhanhatakua echeristi jimpokani t’iresinka iámintu ampe enka uetsek’a.

Agua es mi sangre. [Que mi corazón recibe y envía por todo el cuerpo]. ¿Ne no jajak’usini eska jucheti iurhiri jimposini irekani jaka? Itsi jucheti iurhiristi enka mintsita axani jaka iapuru anhanhatakuarhu.

Aire es mi aliento. [Porque lo respiro todos los días desde que nací hasta el día que muera. ¿Ne no jakak’usini eska tarhiata jimposini jiretak’a? Tarhiata jiretakuesti, enkani pauani ka pauani jiret’aka, enkani antap’enuka ka enka jamperi uarhiaka.

Fuego es mi espíritu. [Porque tengo vida y alegría, pienso y razono, tengo fuerzas y valor para gritar]. ¿Ne no jakak’usini eskani Chipiri jimposini tsipekua jataka? Chupiri jucheti tsípekuaesti. Jimpokani tsípekua jatarini irekaxaka. Miákua jukaska. Uinhapeska ka uinhachasinka.



JIUÁKUARHIKUA:

Juchari ka no máteru nemecheri,
mintsïtarhu jiuakuarhikua iámindu
uinhapikua jimbo miáparini Kaxumbekua,
ánchekuarhita, jakajkukua ka P'urhejkukua jindésti:

¡Juchari Uinapikua!
¡Juchari Uinapikua!
¡Juchari Uinapikua!