Somos del mismo pueblo, tenemos familia, la comunidad, la misma historia, pero ahora, hay cambios y trasformaciones sociales que estamos sufriendo, antes nuestros abuelos y padres no tenían la necesidad de salir para sobrevivir, sino que les proveía la madre naturaleza, los recursos y los oficios permitían encontrar el sustento de sus familias. Ahora, cada vez es más difícil subsistir en nuestras comunidades; debido a que el campo no es apoyado y está abandonado, los bosques se han acabado, y quienes tenían en resguardo como potreros los están vendiendo porque es una situación insostenible de cuidarlos, los oficios como la agricultura, la carpintería y el comercio van en detrimento porque no hay inversión, y eso porque muchos de nuestros hermanos que están radicando en los Estados Unidos, van regresando por su situación migratoria, o en su caso son parte de esta crisis global.

No encontramos explicaciones entre amigos que nos encontramos en las comunidades, y cada vez que exponemos y compartimos nuestra situación personal y familiar; sale a flote lo que nunca nos imaginamos, hijos que pese a su avanzada edad no conocen a su padre, el padre que dejo a sus hijos haya, esposas que no saben si su esposo aun todavía viven, en el terreno de los hechos si nos están pegando y busca en entrar hasta en la cocina, de nuestras vidas, estas políticas inhumanas de la globalización, sin embargo, la sabiduría y ahora la creatividad es nuestra alternativa para buscar en mitigar un poco esta situación, el fenómeno de la migración en el que estamos viviendo desde muchos años en nuestras comunidades.

Nos preguntamos realmente ¿Cuál es la naturaleza humana?, y fue así que me encontramos algunas ideas que busca “explicar” un poco, los mundos distintos que se mueve el ser humano, Rousseau, en su libro el Discurso sobre el Origen y los fundamentos de la Desigualdad, entre los hombres, el habla del “hombre que vive en sí mismo”, y el hombre sociable”, que siempre vive fuera de sí. “El “hombre “salvaje” había podido vivir en sí mismo”, pero no sentir más que sus “autenticas necesidades” y por no necesitar de sus semejantes; el hombre “sociable” ha perdido para este filosofo esa autosuficiencia que permitía su coherencia interna justamente en la medida en que “solo del juicio ajeno, extrae el sentimiento de su propia existencia”. Es el peso de la “opinión” y la dependencia de los otros, expresión misma de la dependencia de los otros también en otros sentidos y asociada a la desigualdad, lo que estará por detrás de este aspecto de la experiencia de vivir fuera de sí”. El hombre que “vive fuera de sí del civilizado” tendrá su origen, el autor del Contrato Social, dice que este otro hombre se mueve por la obsesión por las apariencias, la vanidad, el lujo, y la búsqueda de la “estimación publica” por las que él mismo había pasado en los salones parisienses que él ve como producto del desarrollo moderno de las ciencias y las artes.

Cómo podemos ver son dos mundo y modos de vida que tenemos las personas de las comunidades, y empleando un poco este ejemplo, unos son nuestros abuelos y padres que llevan una “vida conforme a la naturaleza”, es decir, con sus quehaceres del campo, y el comercio, personas que se limitan en cuidar sus baquitas diariamente, y tienen una explicación filosófica del porque su forma de vida, no leen las noticias, no saben ni le interesa la moda de la realiza, o si quien es el hombre más rico del mundo, no tienen problemas con los bancos, sostienen que no hay que ir a los Estados Unidos para tener y encontrar trabajo, este es el claro ejemplo del hombre que vive en sí mismo. Mientras están los otros, que “buscan mejorar las condiciones de vida”, para los suyos y se esfuerzan en estudiar, en formarse, así como salir a buscar otras condiciones de vida y es así que muchos son profesionistas, profesores, arquitectos, licenciados, aunque en el fondo sea noble su espíritu, en la forma hay vanidad, en siempre estar cuidando las apariencias, su autoestima dependerá de lo que le diga la gente, en un caso extremó en buscar el lujo, se vuelven más individualistas y menos comunitarios, vendría siendo quienes “viven fuera de sí”.

Muchos se preguntaran ¿acaso es malo en buscar mejores condiciones de vida?, no al contrario, pero nunca olvidarse que somos unos seres con un ombligo colectivo, un código ético de comunidad, somos mentes colegiadas, con un sueño universal, valores y aspiraciones que van más allá que los prestigios, o las vanidades, sino lo que se trata es de que persista la memoria; la familia, la historia, la cultura, la lengua, por ello tenemos que ser críticos y auto reflexivos de los tiempos complejos que en el que estamos viviendo y ver que a toda costa en cuidar los elementos y los valores que nos hacen ser de raíz Purépecha, con una historia, con los sueños que tenemos como Pueblo P'urhépecha.

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Desde la Meseta Purépecha: Raúl Cruz Sebastián .