La Universidad Intercultural Indígena, esperanza de dignificar la educación más allá de intereses particulares

Profesor Carlos Montalvo Martínez


La Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM), cumplirá este 11 de abril 6 años de vida. Pero se han preguntado ¿qué tipo de vida ha promovido? Han sido seis años de promesas y compromisos incumplidos, no sólo para la comunidad universitaria, sino para las comunidades originarias de la región. Usted, al que rectoría le otorgó el título de “Sabio Comunitario” es parte de una comunidad y sabe bien de los compromisos que nunca llegaron a concretarse. ¿En cuántos lados prometió extensiones de la universidad, cuánta mentira de sus bocas que se alimentan con nuestros impuestos han brotado?

Asentado en Kanangio la UIIM es parte medular de la Meseta Purhépecha, es ciertamente medular en la educación para la autonomía de las personas y los pueblos originarios. Pero para ello debe garantizar que su profesorado tenga estabilidad laboral, prestaciones, seguro social, así como condiciones dignas donde el alumnado recree su pensamiento y dignifique sus raíces culturales.

Pero sí hay algunos que cumplen un año, otros han sido despedidos por no estar de acuerdo en el manejo administrativo y de gobierno de nuestra institución; otros ya no están con nosotros porque simplemente ya NO les dieron horas de clase. Y ¿qué hacemos por ellos? ¿Qué hacen nuestras autoridades universitarias por ellos? Nada, la indiferencia ciega con un listón económico sus ojos, ciegos de la injusticia que solapan.

La conciencia de injusticia y de defender a nuestros hermanas y hermanos docentes implica ser conscientes de quién los desfavorece violando sus garantías laborales, garantías que son un derecho humano.

Somos imparciales, porque el objetivo que orienta nuestras acciones solamente se someten a la justicia. La justicia no se limita a la raza, género o edad. La educación nos abre los ojos ante el campo que se abre por la justicia, dignidad y buen vivir de las comunidades. No podemos estar a favor de alguien que vive de la explotación de otro hermano. No podemos estarlo, porque ello nos corrompería, y ensuciaría todo conocimiento que pretendamos compartir a la juventud que acude a nuestra casa de estudios. Para dignificación de una comunidad, sea esta purhépecha u otra, debemos primero dignificar a todo aquel que sufre un robo, engaño y sometimiento. En este sentido estamos subordinados a la dignidad humana con justicia y paz. No a las mentiras que las autoridades quieren escuchar para no dañar sus intereses particulares.

Reivindicamos la conciencia de pueblos originarios, mas la conciencia se forja como se forjan las luchas de nuestros pueblos a través del tiempo. La historia de la UIIM en cuanto a su administración y gobierno no ha sido plenamente justa. Y aunque no pertenezcamos a una localidad específicamente purhépecha las injusticias que se den en ella las denunciaremos, las gritaremos y buscaremos en consenso con las comunidades su erradicación. Erradicar significa destruir las raíces de eso que como una hiedra venenosa gangrena o busca devorar nuestra propia raíz, en el caso de la UIIM, las raíces purhépechas, nahuas, mazahuas, otomies y pirindas. Esta universidad como las otras interculturales ha nacido de la lucha histórica de los pueblos originarios hermanados con la sociedad civil no perteneciente a comunidades originarias; ello sin embargo no les quita lo digno de su actuar y pensar en defensa de un mejor mundo. La UIIM es hija de los pueblos, y los pueblos que han luchado han sido purhépechas, nahuas, mazahuas, otomies, mixes, mixtecas, mayas, raramuris, y sociedad en general. De hecho muchos extranjeros han dado la vida por defensa de las causas de los pueblos originarios, siendo más congruentes con nuestros propios paisanos y conciudadanos.

El decreto de creación sí “se creó para facilitar el acceso de los indígenas a recibir educación pública, de tal modo que los michoacanos pudieran obtener una formación integral”. Pero ¿qué es una educación integral? ¿Tomar decisiones sin consular a la comunidad universitaria ni a las comunidades originarias que son su razón de ser? ¿No ser transparente con el manejo de los recursos? ¿Tener en pésimas condiciones al alumnado de la costa, Faro de Bucerias? ¿Decir que siempre no hay presupuesto para la realización de trabajo de campo muy necesaria para entender la realidad de las comunidades a las cuales pertenece el alumnado? ¿Eso es integridad? No lo es.

Fomentar el diálogo intercultural respetando la diversidad es crear en los estudiantes una actitud ciertamente científica, pero principalmente crítica de las políticas demagógicas que sólo ven en las instituciones educativas un trampolín político. Sí impulsa la solidaridad con toda causa social que lucha por la justicia, sí tiene por objetivo realizar actividades de investigación que generen propuestas en la solución de problemas sociales, culturales y económicos. Sí tiene la labor de desarrollar programas y proyectos de difusión de la cultura, y para ello debe enseñar al alumnado de los derechos que le concede nuestra constitución política, así como de los derechos internacionales firmados por el Estado, derechos que se sustentan básicamente en la consulta a las comunidades originarias antes de implementar cualquier proyecto en sus territorios. Véase Convenio 169 de la OIT. También debe hacer consciente al alumnado de que las empresas privadas afectan de raíz a los principios que rigen la cosmovisión originaria. Lo privado es la muerte de lo comunitario, y eso no lo cambia nadie.

Las carreras que se ofrecen son 4 licenciaturas: Gestión Comunitaria y Gobiernos Locales; Arte y Patrimonio Cultural; Desarrollo Sustentable y Lengua y Comunicación, así como una maestría en Educación Ambiental y se ha anunciado que próximamente se agregará la licenciatura de Salud Comunitaria. Pero hasta hoy sólo Desarrollo Sustentable, y Gestión Comunitaria tienen el visto bueno y registro en la SEP. ¿Qué pasa con los alumnos que están por egresar de las otras carreras? ¿Qué explicación nos dan las autoridades? No hay nada que puedan decirnos porque no han sabido administrar nuestra casa de estudios, al contrario la llevan constantemente a crisis, ni siquiera tienen para garantizar hojas y copias en nuestra institución.
¿Del 2007 al 2011 cuál es el diagnóstico? ¿Si fuese un médico tradicional qué nos diría? La comunidad universitaria es su corazón, y constantemente se agita, se inquieta, se duele, se enferma. Aunque la máscara que se pongan las autoridades de que no pasa nada lo cierto es que dentro la situación está a punto de estallar.

Ser mestizo o ser “indígena” no demerita ninguna labor que se hace con el corazón y preparación académica, tomando siempre en cuenta la opinión y consulta de la comunidad. Si se nos trata de descalificar de indigenistas resentidos, hacemos saberles que no nos ofende simplemente porque no lo somos. Si tratar de terminar con las injusticias es resentimiento lo somos; y si ser participes por meras cuestiones económicas, de poder, solapando prácticas discrecionales y de injusticia es no ser indigenista entonces yo no quiero ser eso que llama “no indigenista”. ¿Cuántos hermanos y hermanas hablan su lengua y discrimina a su propia gente, cuántos han hablado la lengua originaria pero usándola para mentir, engañar y explotar a su propia gente? Es mejor callar y actuar en congruencia con nuestra gente, luchando por dignificarlas en la educación.

Sí queremos que regrese la comunidad, sus raíces, y que mejor proponiendo a sus autoridades mediante la consulta de quienes la conforman, a saber, alumnado, profesorado, trabajadores y comunidades originarias. Sí que regresen la universidad al Pueblo y surja un rector y una estructura administrativa desde la bases sociales y no sea impuesta desde las cúpulas del gobierno, imponiendo como siempre en favor de intereses particulares ajenos a las comunidades. ¿Quién es más verdugo el que impone o el que busca al pueblo para decidir? Sí, no queremos verdugos, estamos hasta la madre de ellos. Hemos visto como los problemas en las comunidades se han atenuado porque las autoridades hacen oidos sordos a las demandas, su indiferencia daña a los pueblos, daña a la tierra, así daño a los bosques de Cherán. No queremos daño A Nuestra Madre Tierra, por eso es necesario quitar y gobernarnos nosotros mismos, eso es la autonomía. Pero gobernarnos a nosotros mismos implica tejer redes con todas las comunidades que están junto a nosotros, solos no podemos, ustedes son la sangre de toda universidad, no las autoridades, no rectoría, no los administrativos, el gobierno es del pueblo y para el pueblo.

¿Cuál valor es más importante para conseguir el buen vivir? Ninguno, porque ellos solo existen y valen en comunidad con otros valores, se necesitan todos, y ¿cuáles son más importantes, los de una comunidad o los de otra, los de una cultura o las de otra? Valen ambas y más valen y adquieren fuerza cuando se unen en consenso para ir juntos hacia sus objetivos. Recordemos esa consigna de divide y vencerás, NO debemos dividirnos porque la debilidad nos corroerá. ¿Qué camino ha de conducir entonces a nuestra universidad la que delinea una sola cabeza de forma autoritaria o toda la comunidad? Pueblo responde al llamado de esta casa de estudios, la puerta está abierta, te espera, es hora de que tu decidas cómo debe ser y hacia donde debe ir la universidad.


UIIM, kananguio, a 20 de marzo del 2012