Por: Naná Rocío Próspero Maldonado.

Cuándo en una de las primeras reuniones de Piréricha que tuvimos hace unos meses, surgió la inquietud entre varios compañeros de que hiciéramos un Encuentro de Piréricha en alguna Comunidad P'urhépecha, como medida de protesta a los Concursos, en donde se enfrenta a los artistas P’urhépecha de manera irresponsable; se tomó el acuerdo –previo consentimiento de los kustaticha de Comachuén- de hacerlo en esa comunidad.

El interés, es con el fin de hacer periódicamente, este tipo de actividad en diversas comunidades de la región P’urhépecha, que vaya involucrando en orden a Orquestas, Piréricha, Bandas, Conjuntos y todo lo que esté relacionado con la Pirékua P’urhépecha, buscando fundamentalmente cohesionar al gremio de kústaticha.

Otro objetivo fue, el de ponernos el reto de organizar la actividad, sin necesidad de recurrir a las instituciones oficiales de gobierno, que regularmente son parte de éstas actividades. Trabajando de manera independiente, nos dimos la tarea de convocar. Se trabajó mucho y muy bien, particularmente los compañeros de Comachuén armaron un equipo excelente, muy comprometido, bien organizado, que consiguió sacar adelante el encuentro, efectuado el pasado viernes 23 de septiembre en la ya citada comunidad de la sierra.

Fue valioso el apoyo moral, de difusión y económico, que desde Estados Unidos hicieran los paisanos radicados allá, y que de manera espontánea y con mucho ánimo, permitieron sacar adelante el compromiso, a todos ellos, nuestra eterna gratitud de corazón.

La labor que de difusión se hizo a través de redes sociales fue intensa, ya que parte del reto, era lograr convocatoria, sin todo el aparato de difusión que las instituciones estilan, y ¡vaya que funcionó! Esto lo que demuestra es que, todo el enorme aparato burocrático que desde la capital se maneja para organizar eventos, es gasto inútil y tirado al caño, o sea, se gasta más en toda la gente que mueven en logística, y el dispendio de recurso económico que implica, que en el propio evento, o pago a los artistas.

La convocatoria e invitación hecha a los Piréricha, funcionó: se tuvo la presencia de 22 grupos, entre Solistas, Duetos, Tríos y Conjuntos que hicieron el deleite de todos los presentes, al aplicar la modalidad de kújperantskua (encuentro), tres grupos a la vez, alternando, a la manera en que se acostumbraba hace algunas décadas en las fiestas de nuestros pueblos. No hubo distinciones ni presencias estelares, todos tuvieron las mismas oportunidades de cantar y expresarse, de esta manera, los Piréricha, se sintieron como en casa y pudieron explayarse ante un público casi totalmente P’urhépecha que los disfrutó, comprendió y aplaudió profusamente, muy contentos. Particularmente refiero sobre el público algo muy extraordinario: una cantidad enorme de niños y jóvenes, que se mantuvieron las seis horas y media que duró el encuentro, niños que en su mente, quedará presente la actividad y aprenderán a gustar de nuestra buena música.

Los Piréris esta vez no ganaron dinero –ellos ya lo sabían porque se les comunicó previamente- y solamente se les podría apoyar un poco para su traslado a Comachuén; ahí quedó demostrada la Jarhoájkpekua, solidaridad y compañerismo al acudir tantos de varias comunidades: San Benito , San Antonio, Turícuaro, Quinceo, Arantepacua, Tanaco, Urapicho, Santa Fe de la Laguna, Cocucho, Cheranástico, un trío de jóvenes de varias comunidades de la Universidad Intercultural y una excelente representación de Piréricha de Comachuén, quienes fueron alternando con los demás grupos. Obviamente, también se contó con un gran público, muy variado de nuestro territorio.

Aplauso especial merecen las Uarhíticha de Comachuén, con toda la gastronomía que nos ofrecieron durante el día a todos los presentes: churipo, tamales, itsï, ichuskutecha, kurhínda, nuríteni ka máskuta, iamendu ambé kanikua aspisti! Y por consecuencia también, todas la población que se solidarizó de alguna manera en la organización general.

Con toda esta (fiesta), K'uínchekua P’urhépecha, con canto, música y comida, hemos vuelto a decir a quien corresponda que, nuestra música y toda nuestra manifestación cultural (así, con el subrayado: jucha), no queremos que se siga convirtiendo en espectáculo, degradándola, ridiculizándola y/o minimizándola de manera folkloroide, porque demostrado está, que la Pirékua tiene muy altos valores estéticos y artísticos y que seguirá siendo ante todo, Patrimonio del Pueblo P’urhépecha.