Pueblos marginados.
A lo largo de dos siglos, la población indígena ha sido la más castigada social y económicamente. México tiene una deuda histórica con este importante sector de la sociedad: respetar y garantizar sus derechos.

Vida cotidiana. 1810. Matanza de indígenas.

“La Independencia nos trajo la posibilidad de escoger nuestro destino y de no ser tributarios de un país extranjero”, dice Miguel León-Portilla en una entrevista publicada en febrero pasado en la revista Letras Libres.

En el destino que se eligió y llevó la nación, quienes se llevaron la peor parte fueron los indígenas, pese a que ellos participaron en forma activa en el movimiento insurgente.

Desde la época colonial, los indígenas fueron vistos como un obstáculo para el progreso, y se dieron varias ordenanzas en su contra.

Por ejemplo, alrededor de 1770, el arzobispo Francisco de Lorenzana ordenó a todos los sacerdotes que no utilizaran la lengua indígena durante las misas, porque hacerlo era considerado una “falta de respeto a Dios”.

Además de la discriminación y sometimiento que sufrieron, los indígenas fueron las principales víctimas de las epidemias que azotaron a la Nueva España. Aunque mermó su población, ellos siguieron siendo mayoría.

Las investigaciones que se han hecho sobre el inicio de la Independencia señalan que los indios integraban, en gran parte, el ejército de Hidalgo.

Miguel León-Portilla asegura que también había indígenas caudillos en el movimiento independentista: “Tengo documentados a más de 50 caudillos indígenas... muchos de ellos terminaron fusilados, ahorcados o muertos en batalla. Hubo casos en que fusilaron a mil indios... Fue intensísima la participación de los indígenas”, aseguró el historiador a Christopher Domínguez Michael en la entrevista.

Al consumarse la Independencia, “los indios empezaron a ser borrados del mapa”, lamenta el historiador. Comenzaron a perder sus tierras y muchos de ellos terminaron como peones de las haciendas, viviendo en condiciones de esclavitud.

Etnias

Abuso, despojo y rebelión

Los indios constituían el grupo mayoritario de la población novohispana; sin embargo, eran “pateados y encomendados”, recuerda Miguel León-Portilla. En una entrevista publicada en febrero pasado en Letras Libres el historiador mexicano dibuja la situación de los indígenas en la época previa a la Independencia: “Hubo epidemias terribles y por poco desaparecen; legalmente tenían propiedad jurídica, se reconocían sus instituciones políticas, económicas. Con cierta ambivalencia se reconocían sus lenguas”. Historiadores como Brian Hammet han documentado cómo sus tierras disminuyeron en los últimos años de la Colonia porque los hacendados, “con mañas y artimañas”, lograban comprarles sus tierras y los indígenas terminaban trabajando para ellos como sus peones. Antes de 1810 —apunta Miguel León-Portilla— se dieron algunas rebeliones contra los hacendados.

Destino: EU

Costosa dependencia

“Durante el convulso periodo que va de la Independencia hasta finales del siglo XIX, no se aprecian grandes movimientos migratorios. Pero a medida que se va consolidando el capitalismo en México, la economía establece lazos de subordinación y dependencia respecto a Estados Unidos, y comienza a desenvolverse el flujo migratorio hacia ese país”, señalan los investigadores Raúl Delgado Weis y Humberto Márquez Covarrubias, de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Es hasta fines del siglo XIX y principios del XX que comienza a registrarse la migración hacia el norte. En marzo de 1910, el periodista Rafael Reyes Spíndola escribe: “Verdaderas peregrinaciones de gente convergen al norte, ávidas de mejores salarios, ansiosas de encontrarse con los nuevos pactos con que su trabajo se remunera. El espejismo los ha hecho sus víctimas. Y no obstante que miles y miles de repatriados, al regresar al país, cuentan sus privaciones, sus contrariedades, sus desengaños, la corriente de migración no cesa”.

Pipirín

Dieta limitada

Por su bajo costo, el consumo de carne salada, junto con las vísceras, aumentó entre las personas de escasos recursos. En una crónica de entonces, Juan Viera escribió: “La gente pobre come tortilla y bebe atole, que como tengo dicho es su regular desayuno y cena”. Mientras que José Antonio de Alzate mencionó: “Hay muchos infelices, cuyo jornal los obliga a sustentarse perpetuamente de yerbas, y de aquellas semillas que por demasiado abundantes se expenden a un precio vil. No hay cosa más común que ver innumerables indios satisfacer su hambre con unas tortillas, un poco de sal y chile”. El chocolate era la bebida consentida de los pobladores de la Nueva España (además del pulque); se tomaba a todas horas del día.

1910

Tensa relación con EU

Durante el porfiriato, “México avanzaba hacia la conformación de una población predominantemente mestiza, pero aún prevalecían grandes grupos de indígenas monolingües. El mestizaje era de cuño reciente, de pocas generaciones”, cuenta el historiador Álvaro Matute, del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
El investigador recuerda que uno de los grandes reclamos sociales de la época era la recuperación de la tierra que perdieron los pueblos durante la desamortización y la legislación de terreno baldío; situaciones que aprovecharon los grandes hacendados para quedarse con las propiedades comunales.
Por otra parte, la relación con Estados Unidos ya era fuerte y, en ocasiones, tensa. Se da un distanciamiento entre los países que empezó por la simpatía de Porfirio Díaz hacia el ex presidente de Nicaragua, José Santos Zelaya, quien estaba enfrentado con Washington.
Además, en noviembre se presentaron manifestaciones antiestadounidenses en Guadalajara, Morelia, Oaxa.

Etnias

¿Obstáculo para la civilización?

Miguel León-Portilla y otros historiadores modernos señalan que después de la Independencia, los indígenas se encontraban peor que en el pasado, “desprotegidos totalmente. Antes, por lo menos se podía apelar al tribunal indígena”. Una muestra de ello era que los indígenas eran los primeros en ser reclutados para el Ejército, y muchos fueron perseguidos durante el régimen de Porfirio Díaz por considerarlos un “obstáculo para la civilización”. En 1877 se calculaba que 39% de los habitantes del país hablaba alguna lengua indígena. Este número disminuyó en forma considerable para 1910, ya que, según el censo de ese año, sólo 26% de los habitantes decía que hablaba una lengua nativa.

Destino: EU

Migración al norte

En febrero de 1910 salieron rumbo a Estados Unidos, 2 mil 370 trabajadores mexicanos por Ciudad Juárez: 867 provenían de Guanajuato, 736 de Michoacán, 525 de Jalisco, 140 de Zacatecas, 25 de Aguascalientes, 28 de Durango, 43 de Chihuahua y seis de Coahuila. Despúes de la batalla de Ojinaga, en enero de 1914, 5 mil personas cruzaron el río Bravo y se establecieron en la población texana de Presidio.

Pipirín

Gastronomía exportada

La gastronomía afrancesada predomina en las mesas de la élite porfiriana, sobre todo durante los días de fiesta. Edmundo Escamilla, de la Escuela de Gastronomía Mexicana, menciona que en el porfiriato llegan al país cocineros franceses, entre ellos Sylvain Dumont, quien se hacía cargo de los banquetes que servía Porfirio Díaz. Es muy común el uso de especias como la pimienta, el clavo y la canela. En el campo mexicano se conservan los platillos tradicionales como el mole, mientras que las clases más pobres basan su alimentación, sobre todo, en chile, frijol, maíz y calabaza. El movimiento armado trae una escasez de alimentos, por lo que los quelites (que se consumían desde la época prehispánica) toman un papel preponderante.

2010

Derechos para todos los mexicanos

Para avanzar hacia el futuro, México tiene que pagar la deuda pendiente con los pueblos indígenas; una deuda que para Rodolfo Stavenhagen, investigador del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, tiene que ver con la negación a su derecho a la justicia, a la cultura, a la equidad y al reconocimiento de su propia identidad.

“A ver si en este tercer milenio se reconocen los derechos de todos los mexicanos, no sólo de los privilegiados. Sólo así seremos un país más democrático, justo y equitativo”, afirma el académico Stavenhagen.

El investigador señala que “subsiste el Estado colonial respecto a los pueblos indígenas, sometidos a políticas clientelares que complementan la situación en la que viven. No ha habido cambios en el concepto ni visión de país que beneficie a los indígenas”.

Para el doctor en Sociología, fue hasta 2001 cuando se logró un pequeño avance en materia de derechos, como resultado de la presión que ejerció la marcha zapatista de ese año.

En 2001, el Congreso de la Unión modificó el artículo segundo de la Constitución, lo que permitió por primera vez reconocer a los indígenas como integrantes de la nación. La reforma a la Carta Magna estableció que las constituciones y leyes de las entidades federativas garantizarían la libre determinación y autonomía de esos pueblos.

“Pero a partir de ese momento no se puede reconocer ningún otro avance a nivel federal ni en los estados. Ninguna de las fuerzas políticas del país quiso que hubiera seguimientos; ninguno de los programas de los partidos se refiere a derechos humanos de los pueblos indígenas”, acusa Stavenhagen.

Mardonio Carballo, poeta indígena y conductor del programa de televisión De Raíz Luna, comenta que para este Bicentenario se debería dar un paso fundamental: “El Estado mexicano debe reconocer que es racista y que ha ofendido en lo profundo a los pueblos indígenas. Cuando hablo de Estado, hablo también de toda la sociedad”.


Etnias

Deuda histórica

México llega a 2010 arrastrando una deuda histórica con las indígenas. Los datos oficiales dicen que en el país viven 14.2 millones de indígenas, pero el escritor Mardonio Carballo asegura que son, por lo menos, el doble: “El censo no toma en cuenta a los niños menores de cinco años ni a los ‘indígenas de closet’, a los que niegan que lo son para no ser discriminados”. Carballo señala que son alrededor de 20 millones de mexicanos, de 63 etnias, a quienes no se les respeta sus derechos fundamentales, porque son víctimas de desplazamiento y discriminación. Hay datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social que le dan la razón: 75% de los indígenas en el país son pobres. En 2010 —considera Carballo— los indígenas siguen siendo carne de cañón, “ahora de las transnacionales (agrícolas) y del narcotráfico”

Destino: EU

Éxodo masivo por crisis económica

Miles de mexicanos cruzan la frontera norte hacia Estados Unidos, donde el gobierno de Barack Obama no ha logrado concretar una reforma migratoria que beneficie a los connacionales radicados en ese país, a pesar de que fue una de sus principales promesas de campaña. Se calcula que 12 millones de mexicanos viven en Estados Unidos. De ellos, tres de cada cinco se encuentran en California y Texas.

Pipirín

Tesoro nacional

México es uno de los países con mayor riqueza gastronómica gracias a su herencia prehispánica y colonial. Sin embargo, para Edmundo Escamilla y Yuri de Gortari, este tesoro se está perdiendo por el desprecio hacia la cultura indígena y por la invasión de la comida “chatarra”. Por ejemplo, casi no se consumen quelites. En cambio, México se ha convertido en uno de los principales consumidores de refrescos: en el país se comercializan 300 millones de cajas de esas bebidas al año. Mientras que en Diconsa, la red gubernamental de abasto para áreas rurales, se vendieron un millón 390 mil 913 sopas maruchan, tan sólo de enero a abril. Especialistas advierten que estas sopas no tienen valor nutricional.

[cell class=spoiler]Martes 31 de Agosto. eluniversal.com.mx/nacion/180028.html[/cell]