Les comparto con todo gusto, algunos poemas y que son parte de mi libro de nombre: “La Mirada Itinerante”.

Ausencia del Emigrante.

Las calles, ya no hay quien las camine; las bancas, cabecean solas, los campos, ya no tienen quien los
visite; el semblante de las mujeres, han cambiado; Los hijos buscan reconstruir el rostro de su padre en
su temprana imaginación. El perro, acecha la puerta de la casa con la mirada triste, en espera de su amo.

El arado es carcomido por las larvas en el rincón del olvido ¿Cuándo volverán? Que regresen los pasos y se recobre el dialogo en las bancas y, que se suba nuevamente con las yuntas, y regresen las sonrisas de las mujeres y que los niños encuentren y acaricien el rostro de sus padres.



Mujer P´urhépecha

Desde aquí contemplo tu belleza, puedo ver cómo se deslizan
Tus trenzas en el viento. Te pierdes en el movimiento de la vida
Y sonríes con el ritmo de este abajeño, el rebozo hecho rollo te
Obedece, y no se suelta de tus hermosas manos. Yo se que sientes
Pena de gritar y hablarle a nuestros dioses, de la alegría y orgullo que
Sientes por ser de este pueblo y ser mujer que con tus pies descalzos
Haces surcos en el tiempo. Yo te invito, no tengas pena; grita, grita,
para que nuestros antepasados se alegren y bailen en este ritmo,
que al movernos, nos trae muchos recuerdos de aquellos que un día fueron.


Nada Pude Escribirte.

Cuando me disponía a escribirte, la neblina venía bajando lentamente, Dejando envueltas las copas de los árboles, mi pluma, en tanto, buscaba no perderse en la línea de la página, mientras mi mirada se dirigía a lo más alto del árbol en que me recargaba, un desafinado pájaro me interrumpía, el viento anunciaba la lluvia, pues veía que unas nubes negras conspiraban en el centro del cielo. El aroma del guinumo le daba a mis palabras un toque metafórico; justamente cuando llegaban a mi imaginación. No muy lejos de mí, cayó un relámpago, dejando temblorosos a los árboles y la pluma; como te habrás dado cuenta, nada pude escribirte.

Libro: “La Mirada Itinerante
(Poemas)
Por: Raúl Cruz Sebastián