Exodo De Los Habitantes De San Salvador Caltzontzin
EL ÉXODO DE LOS HABITANTES DE SAN SALVADOR KUMBUTZIO (CALTZONTZIN)
DEDICADO A MIS ABUELOS.
Este es el testimonio del éxodo del pueblo de San Salvador Kumbutzio narrado por uno de los habitantes que participó involuntariamente en los acontecimientos del 20 de febrero de 1943, una de varias personas que dejaron atrás sus cosas, su tierra y toda una vida.
Esta es la historia de un pueblo que bien podría llevar el nombre del ave fénix, porque resurgió de entre las cenizas.
El largo caminar de los habitantes de San Salvador comenzó con el nacimiento del volcán Parikutin, viéndose en la necesidad de buscar un nuevo lugar para habitar tuvieron que tomar la decisión más importante de sus vidas, puesto que la lava del volcán cada día arrasaba con los recursos naturales de los que dependían los moradores del pueblo, sus tierras de cultivo, sus animales y sus viviendas.
El gobierno encabezado por el General Félix Ireta gobernador del estado y por el General Lázaro Cárdenas, quien fungía como Secretario de la Defensa Nacional, decidieron junto con el consejo de ancianos de la comunidad buscar un nuevo lugar para los habitantes.
En primera instancia estaba Ario de Rosales, que les pareció muy lejano de sus tierras a las que algún día iban a regresar, además tenía un clima muy extremoso, la segunda opción era Santa Clara del Ingenio, ubicada en el Municipio de los Reyes, pero al igual la respuesta de los damnificados fue negativa, tenían la esperanza de que el volcán dejara de arrojar lava y así poder quedarse, algunos personas declaraban: “ no dejare la tierra en que nací, primero muerto antes que salir de aquí”.
No tardo en presentarse de nuevo la comisión gubernamental con una nueva propuesta, habían encontrado nuevos terrenos y se encontraban más cerca del pueblo, inmediatamente salió la comisión de observadores rumbo a los nuevos terrenos, al regreso de estos, se convoco a una reunión para dar el informe y situación de los terrenos.
Había agradado el lugar, ya que contaba con abundante agua, grandes huertas de aguacate, por la abundancia de árboles frutales, por la exuberante vegetación, grandes y frondosos pinos, madroños, encinos, jacarandas y cedros, en fin aquellas tierras les parecieron el paraíso.
Sin temor a equivocarse aceptaron el lugar conocido como, Ex-Hacienda de Caltzontzin, esto por la cercanía que tenia la Hacienda con la estación del ferrocarril, o de los Murguía por el apellido de los propietarios. Pero algunos de los habitantes tenían todavía la esperanza de que cesara la actividad volcánica puesto que algunos Geólogos habían pronosticado que pronto el volcán dejaría de arrojar lava.
Durante los primeros meses de la erupción del volcán, fue un calvario para los habitantes del Pueblo de San Salvador Kumbutzion (Parikutin), puesto que todos los procesos vitales dejaron de existir, faltaba el agua al pueblo, y se tenía que traer del pueblo de San Juan de Parangaricutiro o de las colchas, que dista a mas o menos 3 kilómetros, desde donde se cargaba con bestias, a pie a cuesta espaldas, con cantaros de barro o con botes alcoholeros.
Se vieron también afectados los campesinos pues ya no pudieron cultivar maíz, fríjol, trigo, habas y amaranto, ya que la caída de arena no permitía ninguna actividad agrícola.
Otra actividad de la que tuvieron que desistir era el aprovechamiento de la resina de pino, ya que estos fueron asfixiados y murieron a causa de la arena y la lava.
La única actividad que les quedo a los habitantes fue la turística, pero esta no fue suficiente para el sostén de la Comunidad, pues tenían que compartirla con las otras comunidades como Angahuan y San Juan Parangaricutiro.
Rosa Pila en su Libro “El Paricutin”, describe; “Las erupciones de los meses de abril y mayo proyectaron las cenizas hasta la ciudad de México y se considero este periodo como uno de los más difíciles para los habitantes del Paricutin y para los pueblos de la región”.
El mes de junio fue el más crítico, a la gente de la comunidad de San Salvador solo le queda observar como el gigante de fuego consumía todo a su paso, sin ellos poder hacer algo, y como manera de desahogo de la tristeza y furia que sentían, lloraban sin consuelo alguno.
Entonces las acciones del gobierno se agilizaron y se llevaron a cabo los trámites para el traslado de los damnificados al terreno ahora llamado Caltzontzin, una vieja hacienda de la familia Murguia que dista a 5 Km de la ciudad de Uruapan, el cual se ocupo el día 10 de junio de 1943.
El éxodo no fue tan sencillo ya que los ancianos se oponían al traslado, no querían dejar sus pequeñas propiedades, mucha gente lloraba aferrada a no querer salir del pueblo que los vio nacer.
“Fue una salida muy triste y no hay palabras o frases para describirlo, solamente los que estuvimos presentes lo comprendemos y lo recordamos dolorosamente”, menciona el Profesor Espiridion Chavez Toral, aunque ya nadie quisiera recordar ese episodio, era la muerte en vida, sin saber ni conocer cuál sería nuestro destino y nuestro nuevo pueblo.
El pintor Gerardo Murillo mejor conocido como Dr. Atl fue uno de los personajes que trataba de convencer a los habitantes para que salieran, diciéndoles: “tiene que salir vivitos y coliando, no tiene caso morir sin seguir luchando y produciendo en otro lugar, en su nuevo pueblo, como lo han hecho aquí”.
Llego el día cero, con tantas conjeturas para los habitantes del pueblo, mirando atentamente como llegaban los carros del ejército comandados por el Gral. Lázaro Cárdenas, el cual los animaba, también llegaron carros particulares que se ofrecieron para ayudar al traslado, “el 10 de Junio No se Olvida”.
Las mujeres al abordar los carros lloraban, la tristeza se les notaba y sus hijos por imitación también lloraban, lo mismo sucedía con los hombres que en silencio lloraban.
El traslado fue rápido, la gente llevo todo lo que tenía: animales, utensilios de cocina, los hombres cargaron con sus herramientas de trabajo, sin saber si llegasen a utilizarlos nuevamente.
En la comunidad de San salvador Kombutzio existían dos Templos donde se guardaban las imágenes religiosas una llamada: Yurixo donde se guardaban las vírgenes, y otro denominado Tiosho donde se guardaba a todos los santos varones, todas las imágenes y los santos también fueron subidos a los carros para su traslado.
La ruta del éxodo de Kombutzio hacia el nuevo pueblo, comenzó con el pueblo de San Juan Parangaricutiro, vecino de siempre y con el que existían grandes conflictos por colindancia territoriales, por diferencias políticas y de credo, ya que el Pueblo de Kombutzio por sus firmes convicciones adopto la ideología zapatista , cardenista, agrarista, defensor de tierras comunales y además por ser anticlericales, a causa de esta ideología los de San Juan de las colchas y otro pueblos vecinos tales como Tzirosto, Tzacan y Angahuan, culpaban a los habitantes de San Salvador Kombutzio por la erupción del volcán, aduciendo que habían derribado una cruz que habían colocado los misioneros católicos en un lugar denominado “Piedra del Horno” una total mentira, surgiendo así nuevamente en la despedida las viejas rencillas.
La despedida no fue tan buena como se esperaba, llorando pasaban los damnificados del Parikutin, no estuvo exenta de las manifestaciones que sentían los pueblos hacia los de pueblo de Kombutzio, hubo gente que gritaba de viva voz culpándolos por el terrible acontecimiento de la erupción del volcán, diciendo que era un castigo por haber derribado la cruz, algunos otros arrojaban objetos a los damnificados, incluso los escupían a su paso por las calles de San Juan de las colchas.
José Revueltas describe en su libro “Visión del Paricutin”, “En San Juan Parangaricutiro hay un pavor religioso, una fe extraída del fondo más oscuro de la especie, tarascos de Tzirosto de Santa Ana, de San Juan, desfilan en procesiones tremantes, arrodillados, despellejándose la carne, piden perdón y que las puertas de la gloria se abran para sus almas”. “México a Agraviado a dios dicen, hay que salvar a México del pecado”.
Continua diciendo: “las Procesiones religiosas, de esta manera resultan el más deprimente de los espectáculos”. “La plaza de San Juan impone por su aspecto, que no es antiguo, los indígenas de rodillas, se dirigían al templo con la cabeza inclinada pidiendo al señor de los milagros perdón, es tal vez una forma de aplacar la ira de Dios, pero también quizá, ni si quiera del dios católico, sino de aquel otro sombrío y terrible, que desde el fondo de la tierra vomitando fuego, había asolado sus verdes campiñas”
Continua diciendo: “En San Juan Paranguricutiro, los hombres en su mayoría andan borrachos, de una borrachera sombría, silenciosa, se emborrachan para poder llorar sin que se les haga burla. Piden limosna sin el menor recato para seguir emborrachándose”.
Al pasar por las otras poblaciones no fue nada diferente al espectáculo que les ofrecieron a los habitantes de San Salvador en San Juan, siguieron con las acusaciones, incluso al pasar por la ciudad de Uruapan los veían como bichos raros.
Así fue el éxodo de los habitantes del Parikutin, (malamente llamados así por el desprecio de las otras comunidades), en fila interminable desfilaban, por esos caminos atroces, quien sabe a dónde.
No respondían cuando se les preguntaba su destino, apenas una mirada torva, absorta, como si acabaran de despertar de un sueño sin sentido.
Relatos de mis Abuelos: Sr. Fortino Santiago Rangel y Sra. Rosa Chávez Toral.
Fragmentos tomados del articulo “Historia del éxodo del pueblo de San Salvador Kombutzio” escrito por el Profesor Normalista Espiridión Chávez Toral. Caltzontzin, Mpio. De Uruapan, 10 de Junio de 2008.
Re: Exodo De Los Habitantes De San Salvador Caltzontzin
orale mis padres tambien son de Caltzontzin, la gente de nuestro pueblo se viene para ka a los estados unidos y nos traemos nuestras tradiciones, aqui en fairfield,california es como otro Caltzontzin, o como dice la gente que fairfield es como un Caltzontzin chiquito, y saludos para mi gente de Caltzontzin.