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Reflexiones año nuevo Purepecha
Como en otros años, este año en Patamban se celebrará el año nuevo purhépecha, pues desde el año 1983 cuando se celebro en Tzintzuntzan el primer festejo del año nuevo auspiciado por un grupo de entusiastas y eruditos purhépecha liderados por el finado sacerdote antropólogo Agustín García, quizá fue por este hecho que cayeron nuevamente en el error de copiar una fecha europea y asiática.
Digo esto pues escogieron el día de la candelaria que era el día de las calendas (antorchas) fecha que marcaba el próximo fin del crudo invierno en la parte mas alta del planeta, arriba del paralelo 45 nte, en países como Alemania, Polonia, holanda, Bélgica, noruega, Suecia y Finlandia Y nuestro país esta situado entre el paralelo 15 y el 30 mediando el trópico de cáncer, cabe mencionar que esta fecha, también la iglesia en su momento de evangelizar a estos paises, se apropio de un festejo pagano e impuso a chaleco el festejo de la virgen de la candelaria y cuando vinieron a América, pues nos la impusieron también, fue muy loable el esfuerzo del sacerdote Agustín García y sus camaradas, pero lamentable,fue la selección de la fecha, pues nuestros ancestros Tajhuaros y purhépecha lo festejaban con la ultima luna nueva, previa al equinoccio de primavera (primera verdad) Lo hacían así pues en el cielo había señales visibles del cambio es decir con un poco de observar el cielo identificamos las cuatro fases de la luna y el equinoccio de la tierra se da cuando el día y la noche tienen la misma duración y con el sol no proyectamos sombra alguna en el cenit, es decir en el medio día exacto, llevaban dos calendarios a la par y a veces hasta tres, el calendario lunar de 28 días que es lo que tarda la luna, en sus cuatro fases en dar la vuelta a la tierra y en un año da trece vueltas 13 x 28 = a 364 días y el calendario de la cuenta larga de 18 meses de 20 días cada uno 18x20 = a 360 días.
Pero si ustedes piensan que aquí sobran cinco días, tienen ustedes razón, esos cinco días equivalen a los cinco días muertos, en los que no se prendía fuego, no se hacia nada, se comía en crudo y en frío, y los cuetaperis ayunaban, eran los cinco días nefastos, en los que pensaban que ya no iba a salir el sol y eran los cinco días previos al equinoccio de primavera el 21 de marzo, cuando se prendía nuevamente el fuego nuevo en la yacata (templo) de Tzintzuntzan y en la de Zinapécuaro principalmente.
Pero se prendía el fuego nuevo en todos los poblados donde había una yacata, recuerdo perfectamente como en mi niñez en Patamban me hacían guardar recogimiento toda la semana santa y esto se debió al sincretismo al que fuimos sometidos por los administradores de la nueva fe católica, los curas aunque ya no respetábamos la imposición de no prender fuego, si llegué a observar que algunas personas mas mayores si respetaban el mandamiento y se comían las tortillas frías o comían solo frutas, pues por otro lado aprovechaban la ocasión para no bañarse, ayunar y limpiar el estomago y meditar en lo malo u lo bueno que habían hecho en el año que se iba y lo bueno que iban a hacer en el año que se aproximaba, si es que salía el nuevo sol, tata huriata los curas hábilmente y una vez mas, nos endilgaron su fiesta en el marco de la nuestra.
Entonces en la primer noche del equinoccio los petámutis o los cuetaperis prendían el fuego nuevo y hacían fogatas enormes para conmemorar que ya había nuevo sol y que nos alumbraría por lo menos otro año, era un gusto en la sierra ver como ese día o mas bien en la noche se prendían en las faldas de los cerros una infinidad de lucesitas que a la distancia se veían así, pero que en realidad eran unas fogatas enormes y en las casas donde había Zapichus (chiquillos y chiquillas) era un gusto ver como los Zapichus se divertían brincando las fogatas y agregándoles mas leños hasta que ya ningún zapichu pudiera brincarlas, ya fuera por el cansancio o por que realmente ya había crecido demasiado la fogata, ahí en esa fogatas o lumbradas tenían los chiquillos la oportunidad de probar su valor astucia y agilidad pues el mas gallo era el que brincaba mas alto y a mas distancia y el que no se cansaba, el fuego para nosotros los tajhuaros, como para otros pueblos de la antigüedad era sagrado lo alimentábamos perpetuamente y en las yacatas había diputados y diputadas que se encargaban de alimentarlo día y noche para que no se extinguiera jamas, salvo los días muertos, para encenderlo nuevamente el año nuevo la noche del equinoccio de primavera.
Así pues purhépecha solo me queda hacer un llamado a nuestros eruditos lideres para seguir conmemorando este evento tan nuestro y ancestral, pero que lamentablemente queda un poco desvirtuado por el hecho de copiar o acomodarse a un calendario de una cultura demasiado lineal y cuadrada en donde importa mas el negocio y la venta, que hacerlo cuando nos lo indican los astros, que son los que rigen el destino y los desatinos, de todo lo que pasa en el universo y en nuestro planeta, nuestra cultura era cíclica y flexible y de respeto a la naturaleza, y no teníamos hambre jamás, el alimento estaba en todos lados, pero ahora lo tenemos que buscar en las tiendas que trajeron los españoles hace 400 años y ahora en las tiendas de los gabachos, llamados centros comerciales y si me apuran tantito ahora les dicen mool.
Desde 1983 que se celebro el primer evento se ha sucedido año con año en distintos pueblos de Michoacán primeramente en Tzintzuntzan; En 1984 se celebro en Ihuatzio, en 1985 en Nurio, en 1986 en Tzirondaro, en 1987 en Angahuan, en 1988 en Pichátaro, en 1989 en Tacuro, en 1990 en Xatapen es decir Santa fe de la Laguna, en 1991 en Cheranatzicurin, en 1992 en Ichupio, en 1993 en Cocucho, en 1994 en Ucazanástacua, en 1995 en Tarecuato, en 1996 en Puacuaro, en 1997 en Sevina, en 1998 en Janitzio, en 1999 en San Lorenzo Nahren en el 2000 fue en Tirindaro, en el 2001 le toco a Cherán, y en el 2002 a Carapan, y en el 2003 se llevo a cabo en el nuevo pueblo de Parangaricutiro, pues el original pueblo de este nombre, fue sepultado por el volcán Paricutín ¿Quién sabe, donde estaba Diosito? El 2004 en Pátzcuaro y el 2005 en Caltzontzin y el 2006 se celebrará en Patamban.
En el altiplano central de México o sea en el valle del Anahuac existe un gran entusiasmo por esta celebración ya prácticamente restituida e institucionalizada por medios propios, aunque difiere un poco de la fecha de ellos, los mexica, pues ellos lo celebran el día doce de febrero, o sea 52 dias exactos después del solsticio de invierno, fecha mas representativa en el antiguo calendario prehispánico, pues 52 es un numero clave en el andar de los tiempos, 52 entre 4 = 13 y 13 es el numero cabalístico y cosmológico por excelencia, pues un siglo tolteca constaba de 52 años, así después del doce de febrero caben exactos los 18 meses o sea 18 veintenas de días. Para que quede de una vez vuelto a reinstaurar el antiguo calendario tolteca, y así seguir sumando a todos los pueblos o etnias que en secreto siguen celebrando el año nuevo como antiguamente se hacia, loable es este rescate y también el de los Mexicas, valdría la pena unificar criterios y seleccionar una fecha que nos ligue a las dos culturas, pues la fuerza se da en la unión de dos razas y culturas que supieron resistir el embate cultural de la fuerza y la ignominia durante cinco siglos.
Así pues y como vemos todo se ha centrado nada mas en Michoacán y hemos olvidado a las otras regiones que fueron también parte del reino purhépecha, pues todo Guanajuato, Querétaro, Guerrero, Colima, Jalisco y estado de México tarde o temprano van a reclamar su inclusión, yo como serrano y habitante de Patamban reclame el olvido y finalmente veré en mi pueblo de Patamban la celebración de este acontecimiento, que si bien, los viejos mas viejos de los abuelos, de mi pueblo lo conmemoraban, lo hacían en secreto, pues la censura estaba cabrona, y mas valía cuidar la salud.
Lo celebraban ojo. LA LUNA NUEVA PREVIA AL EQUINOCCIO DE PRIMAVERA.
Un purepecha pues. José Luis de la Huerta. }ö{
Paisanos P'urhépecha: Me encuentro gratamente sorprendido por la inquietud que ha causado el evento, asi como las discrepancias, nuestra memoria y cultura fue salvajemente ultrajada y condenada a desaparecer, solo nuestra resistencia y fortaleza nos hizo conservar lo que aun queda, pero estamos obligados a rescatarla aunque la tengamos que repensar y eso lo haremos viendo las costumbres de nuestros abuelos y pidiendole a nuestro cerebro mas de lo que acostumbramos pedirle, pues hay vestigios en nuestros cantos, en nuestras danzas, en nuestras costumbres, de los abuelos, en lo que contaban en las leyendas en mi niñes escuche muchas y despues las tuve que repensar y darles un ligero orden para hacerlas entendibles pues el tiempo y el sincretismo las habia contaminado mas que el mismo idioma el español, así pues me atrevo a enviar este articulo de hace 4 años donde cuestione a los petamutis lo mismo que ahora les estan cuestionando ustedes.