El Concurso Artístico de la Raza Purépecha, un crisol artesanal, gastronómico y cultural
Jarácuaro, San Juan Nuevo, Caltzontzin, Ichán y Charapan resultaron ganadores en el evento.
Zacán, 19 de octubre.- La fiesta artística del indigenismo michoacano más amplia hasta el momento, el Concurso Artístico de la Raza Purépecha, que se desarrolla cada año en la comunidad de Zacán, es ahora un crisol en que se funde la oferta artesanal comunitaria, la gastronomía y sus variantes modernas dentro del repertorio tradicional, la música que sustenta todo lo anterior como centro de la fiesta, y el arribo de baratijas chinas, bebidas alcohólicas y espectáculos con seres deformes que conjuntan la esencia de la convivencia.
Fuera del galerón, donde año con año se dan cita los depositarios de la música tradicional purépecha, y que en 2010 superaron el número de 600 entre músicos y danzantes, la gente aprovechó la benevolencia pasajera del clima e inició el recorrido por la única calle que sirve como pasaje comercial, mientras el gobernador de la entidad, Leonel Godoy Rangel, daba por clausuradas las confrontaciones sonoras y declaraba su intención de convertir a Zacán en un polo regional para la comunidad purépecha.
Luego de dos días de certamen musical y dancístico, donde igual participaron agrupaciones que buscan mantener vivas las viejas obras de la comunidad, pero también aquellas que buscan crear repertorio nuevo con la instrumentación de siempre, la tozudez que también distingue a los purépechas no desaparece ni siquiera encima del escenario, como lo ejemplifica la Orquesta de los Hermanos Rodríguez, de la comunidad de Ahuirán, quienes exigen que los micrófonos estén uno junto a otro, pues no están acostumbrados a tocar tan separados y temen no escucharse entre sí, hasta que los convencen de que las bocinas que funcionan como monitor facilitarán las cosas.
La salida del gobernador provoca la interrupción del encuentro para dar tiempo a quienes deben entregarle una petición por escrito, o a que la comitiva que lo rodea se las ingenie para salir todos juntos por la misma puerta aunque las leyes de la física digan lo contrario y a que la cascada de aduladores complete su propio ritual, y entonces reinicia el golpe de las suelas de madera sobre la tarima y la rítmica que acompaña el paso, aunque algunas quejas persisten en los alrededores de Godoy Rangel cuando alguien menciona que “con mala leche”, la panista Luisa María Calderón acudió también a Zacán como queriendo robar cámara en la efervescencia electoral, aunque los dos actores políticos no llegaron a encontrarse.
Pero los artistas indígenas permanecen ajenos a todas simplezas de la política local y luchan entre sí por conseguir la mejor actuación, y es tanto su arrojo en una danza satírica sobre la presencia de españoles en las cercanías del Paricutín, que una de los danzantes cae del escenario ante el estupor del resto de la agrupación, aunque se levanta rápido y se reintegra como si nada hubiera pasado, mientras un grupo de profesores procedentes de Morelia, que dialogan entre sí sin dejar ver el escenario, siguen sin darse cuenta del rodar del danzante por el suelo, pues están absortos con el brandy que lograron meter de contrabando.
Las medidas de seguridad al exterior del edificio, más relajadas que en años anteriores, además de ignorar el alcohol en el recinto, permiten también un tránsito más libre para los paseantes y sus distintos idiomas e indumentarias, hasta que todo se mezcla y llega a la extraña estampa de una mujer purépecha, ricamente ataviada según su cultura, comprando pizza y caminando al lado de una carpa improvisada que ofrece su propio espectáculo, como el de Sheila, la mujer con tres senos que por 15 pesos puede hacer una danza sensual, antes de la presentación de Osiris, la mujer con cuerpo de serpiente, un pato con cuatro alas, un pollito con tres patas, una serpiente con dos cabezas, una gallina con pelo en lugar de plumas y un perro con cinco patas.
Y aunque no es tan extravagante, sí es por lo menos extraño el nacimiento de nuevos conjuntos instrumentales con repertorios distintos, como una banda sinfónica en que sus integrantes, vestidos de manta y sombrero, los hombres, y el vestido de gala, en las mujeres, entra al escenario a tocar la obertura de la ópera Juana de Arco, de Verdi, lo que permite a la concurrencia ir a comprar refrescos, saludarse, platicar y conseguir más brandy, en el caso de los profesores, hasta que con un son abajeño sinfónico todo vuelve a la normalidad.
Ya en la madruga se anunció a los ganadores del concurso en 2010, como los de Jarácuaro, los Kúrpites de San Juan Nuevo y de Caltzontzin, la Banda Real de Ichán y la Danza de los Viejitos, de Charapan, aunque el público ya no se quedó a conocer a los premiados, pues el ritual, el suyo en las gradas y en la vendimia callejera, se había cumplido.
[cell class=spoiler]miércoles 20 de octubre de 2010 → Periodico> La Jornada de Michoacán → ÉRICK ALBA (Enviado)[/cell]