Comunidad indígena de Acteal, Chiapas, México: Herida Abierta.

Seattle, Washington, USA.- No podemos olvidar ni guardar silencio cuando sabemos que el 22 de diciembre de 1997 fueron asesinadas 45 personas -la mayoría mujeres y niños- quienes oraban por la paz dentro de una iglesia en Acteal, Chiapas. La matanza fue dantesca: a dos mujeres embarazadas les abrieron el vientre, para asegurarse que su fruto también estuviera muerto. El Procurador General de la República, en ese entonces, era el Sr. Jorge Madrazo Cuellar, quien presentó los resultados de la investigación sobre la Masacre de Acteal el día 20 de diciembre de 1998. A ese documento se le conoce como “El Libro Blanco”. Allí concluyó: “La Masacre de Acteal fue el resultado del enfrentamiento entre comunidades. No participaron grupos paramilitares.”

En realidad, la Masacre de Acteal fue el punto culminante de la estrategia militar contrainsurgente para terminar con el movimiento Zapatista. La conclusión de “El Libro Blanco” evidencia que, la Masacre de Acteal, fue un crimen de Estado encubierto por el ex procurador, Jorge Madrazo Cuellar. Es imposible que una familia de campesinos pobres pudieran tener dinero suficiente para comprar las ametralladoras AK-47 que se utilizaron durante la masacre. Tampoco explica por qué el reten de la Policía Estatal -a tan solo 200 metros de la iglesia de Acteal, con un destacamento de más o menos 40 elementos- nunca actuó para detener la masacre, ni cómo trasportaron los paramilitares las armas a través de los diversos retenes militares. El Sr. Madrazo nunca llamó a declarar a los responsables intelectuales de la masacre: el ex presidente Ernesto Zedillo, el ex secretario particular Liébano Sáenz, el ex secretario de Gobernación Emilio Chaufette, el ex gobernador del estado de Chiapas, Julio Cesar Ruiz, y el General Mario Renán Castillo, comandante de la VII región militar.

La Suprema Corte de Justicia de México (SCJM) declaró que el trabajo realizado por la PGR, a cargo del Sr. Jorge Madrazo, fue deficiente y apresurado. Se encarceló a algunos inocentes y, por cierto, a los culpables materiales los dejó libres la SCJM el 12 de agosto de 2009. La SCJM falló a favor de los autores materiales en una demanda de amparo, porque la detención, las pruebas y el juicio tenían en general graves anomalías, que había cometido la PGR a cargo en ese momento del Sr. Jorge Madrazo. En vez de pedir la reposición del juicio, la Suprema Corte de Justicia decidió cerrar el caso, otorgando así la impunidad a perpetuidad a los autores materiales de la Masacre de Acteal.

Nuestra comunidad no puede permanecer indiferente y seguir guardando silencio, mientras que un cómplice de un crimen de Estado, como lo es el Sr. Jorge Madrazo Cuellar, se pasea libre y tranquilamente en este país, engañando a la comunidad, presentándose como defensor de la comunidad latina. Eso es sólo una máscara, para encubrir su responsabilidad por un crimen cometido en contra de la humanidad.


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Fuente: eluniversal.com.mx/nacion/190309.html