¡Qué difícil escribir con llanto en el alma!, tanto más tener ideas. Dura tarea la de seguir con lo que dejas pendiente, Tatá, con lo que Carlos ha dejado sin hacer, lo que Tatá Juan, María Luisa y los que se van primero…

En la oración suele uno depositar la esperanza de que vas a estar bien. Nosotros vamos a estarlo, a pesar de todo. Sólo nos acongoja no tener ya tus consejos, tu cobijo y el espíritu de ir siempre adelante sin conformarse con las cosas como están. Eso todo se va contigo, Tatá.

Nos queda en la historia personal el haber caminado junto a pensantes, apasionados sintientes y hacedores que no descansan hasta que Tatá Kuerájperi los llama a misiones más profundas.

Cantar nos queda, ¿no es así, hermanita? ¡Callen, callen todos por hoy!, ¡van pasando por aquí seres que eternamente nacen!

¡Tata Kurhikuaeri te reciba y arrope, amigo!

Un abrazo para Irepan, Ireri y Lety.

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Un escrito de Tatá Ismael García Marcelino.